En sus comienzos, las letras de tango eran generalmente cómicas. Usualmente estas
eran escritas en primera persona y describían alguna cualidad sobresaliente del
personaje principal. A medida que la popularidad del tango creció en Paris y en
todo el mundo, el mercado del tango se expandió entre la clase media y alta de Argentina.
Con ello, comenzaron a modificarse tanto su música como sus letras.
Desde 1917 y en adelante, un nueva letra de tango empezó a escribirse. Muchos de
los mejores poetas que Argentina y Uruguay han tenido, han escrito letras de tango.
Y como las letras de tango mejoraron su calidad, también fue éste el periodo en
el que empezaron a emerger los fabulosos cantantes de tango, que dominaron el panorama.
Junto con el desarrollo del tango como una forma instrumental, la forma de la canción
de tango fue ganando popularidad a mediados de los años 20. Muchos de los primeros
tangos con letra fueron incluidos en la forma de teatro popular llamada `sainete`.
Los cantantes, tanto hombres como mujeres, adoptaron esta nueva forma en sus repertorios,
mayoritariamente acompañados por guitarras. Entre los cantantes de tango más populares
de la primera generación se encuentran Agustín Magaldi (1901-1938), Azucena Maizani
(1902-?), Rosita Quiroga (1901-1984), Mercedes Simone (1904-?) y Libertad Lamarque
(1909-1999).
Carlos Gardel nació el 11 de Diciembre de 1890 en Toulouse, Francia, su madre lo
llevó a Argentina a los 27 meses de edad. La carrera de Gardel acabó en 1935, cuando
perdió la vida en un accidente de avión en Medellín, Colombia, el 24 de Junio. Grabó
cientos de canciones y creó algunas de las más bellas interpretaciones de clásicos
como Volvió una Noche, El día que me Quieras, Tomo y Obligo, Madreselva y Mi Buenos Aires Querido. Se hizó muy famoso, sobre todo
en Latinoamérica, y la radio y la televisión también le ayudaron. Los 40 también
vieron un crecimiento de la canción de tango que propulsó una nueva generación de
cantantes: el más importante fue Roberto Goyenche (1926-1994), Alberto Podesta (1924-
), Francisco Fiorentino (1905-1955), Alberto Castillo (1914- ) y Ángel Vargas (1904-1959).
Algunos de los más famosos autores fueron Santos Discepolo, Homero Manzi (1907-1951),
Catulo Castillo (1906-1975), Homero Expósito (1918-?) y Enrique Cadicamo (1900-
¿?). Sus letras fueron desde los tópicos tradicionales de amor y decepción, creando
retratos de la vida y la filosofía. De los cientos de títulos, por lo menos unos
se deben mencionar "Uno"
(Discepolo, con música de Mariano Mores), "Sur" (Manzi-Troilo), "La última curda" (Castillo-Troilo), "Malena" (Manzi-Demare) y “Los mareados” (Cadicamo-Cobian).
Gardel incorporó una buena mezcla de prosa nativa con una jerga de Buenos Aires
llamada “Lunfardo”. “Lunfardo” era una colorida jerga que provenía del Español,
que evolucionó a finales del siglo XIX y principios del XX en las clases más bajas
de Buenos Aires. Muchas expresiones de esta jerga han entrado en el lenguaje popular
hablado en Argentina y Uruguay, también es fácil encontrarlo en las letras de tango.
Una característica del Lunfardo son sus frecuentes juegos de palabras, normalmente
la inversión de sílabas. De este modo, tango se volvió gotán y café con leche pasó
a ser feca con chele. El lunfardo emplea ingeniosas metáforas como bobo, cuando
se refiere al corazón, porque trabaja todo el día sin cobrar. Los poetas del humilde
Buenos Aires florecieron y en cada vecindario se escuchaba el bandoneón tocar tangos,
temas que venían de todos los puertos de Buenos Aires.